Bale: el Madrid le paga y Gales lo disfruta

Normal que Gareth Bale ni quiera escuchar la posibilidad de dejar el Real Madrid. Su situación, si dejamos sus problemas de lesiones a un lado, es envidiable. Su estatus entre las cabezas visibles de la entidad (Florentino Pérez y Zidane) está fuera de cuestión pese al empuje de Isco y Asensio, hace poco renovó un contrato que le mantendrá entre los mejores pagados de la plantilla hasta los 33 años y puede mantener cómodamente su papel de líder de Gales sin objeciones. Todo, pese a que en cuatro años se ha perdido ya el 43% de los minutos posibles que jugó su equipo. Con Gales, encadenó su brillante Eurocopa (sólo descansó 8 minutos en todo el torneo) con siete de los últimos diez partidos de la selección del Dragón Rojo. En resumen, el Madrid lo cuida y Gales lo disfruta.

Chris Coleman, el seleccionador galés, ni se molesta en hacer un poco de teatrillo. No lo hizo cuando estalló la polémica por la última lesión de su estrella, dejando en evidencia al Madrid y sus partes médicos, y ahora le llama para dos amistosos (Francia y Panamá). Tampoco se corta Gareth, que con una simple llamada podría ‘desconvocarse’. Que lleve sin jugar 36 días, desde Dortmund, no chirría en Cardiff ni entre los muros de la mansión madrileña del 11 blanco. Esa Fortaleza de la Soledad donde se refugia con su carísimo simulador de golf, su gran pasión extrafutbolística. Pero Bale no es Supermán. O, por lo menos, sus sóleos no son de acero. Día tras día, Zidane le echa capotes públicos y el club hace un esfuerzo desde sus medios oficiales para mostrar la progresión del atacante en su recuperación física. Él también se la enseña a sus fans de todo el planeta en sus redes sociales con las cada vez más vacías frases que utilizan los futbolistas en estos casos. Pero sobre el verde, que es donde el madridismo le espera, no le veremos en Wembley. Probablemente tampoco este fin de semana contra Las Palmas. Tendremos que esperar al 10 de noviembre y buscar el canal donde emitan el intrascendente Francia-Gales. Bale, quizá, debería replantearse cuáles son sus prioridades…