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Una semifinal marcada por los errores arbitrales y el mal uso del VAR

La semifinal entre Lanús y River en La Fortaleza fue un partido inolvidable de Copa Libertadores.De esos que a los hinchas de fútbol les gustará recordar presumiendo haber estado en la cancha o memorizando cada detalle de lo que sucedido en el partido. Fue histórico porque tuvo de todo: dramatismo, goles, emociones, y el milagro de un equipo que por primera vez en su história jugará una final de Copa Libertadores.

También una semifinal que será recordado por la primera intervención del VAR y la floja actuación de los árbitros. La asistencia del video arbitraje se utilizó para un fallo que favoreció a Lanús y se omitió su utilización en una mano de Silva en el área, que hubiera favorecido a River en la primera parte.Y en una falta sobre Scooco, cuando River ganaba el partido. Es cierto que River no supo defender en la cancha la diferencia de gol conseguida. Se puso 2-0 y cometió errores que permitieron al Granate marcar el gol del descuento al final del primer tiempo. Error de Lux, a quien le pusieron la pelota en sépalo. El gol de la esperanza de Lanús. También es cierto que el árbitro alteró el desarrollo del encuentro con sus decisiones. River jugó mejor el primer tempo, y Lanús lo hizo mejor el segundo, ayudado por el golpe anímico que sintió el equipo de Gallardo, por los fallos arbitrales, la lesión de Enzo Perez y la expulsión de Nacho Fernandez. Y vivió una de las derrotas más duras del ciclo del entrenador.

El equipo de Almirón sintió el golpe inicial, pero lejos de abatirlo la posibilidad de quedarse sin la soñada primera final de Copa de su história, se liberó de las tensiónes y salió a buscar el triunfo. La ayuda del mal arbitraje de Roldan, quien no vio una mano clara de Silva que debió ser sancionada como penal, fue un adversario impensado par River. En esa jugada el árbitro no pidió la intervencion del VAR, si lo hizo en el penal de Montiel que Silva transformó en gol, favoreciendo a Lanús.

La sensación fue que el VAR no se utilizó de manera equitativa en una y otra ocasión, sino que su utilización favoreció a Lanús. El error arbitral desmoralizó a River que llegaba al partido de desquite con los pergaminos de no haber fallado nunca en estas instancias en la era Gallardo. Fracturó el partido. Y Lanús, recuperó sus convicciones y su juego y dio vuelta la serie coganando 4-2. El fútbol sabe además de revanchas.

A los 37 años, José Sand, surgido en las inferiores de River, despreciado por el equipo Millonario del cual se marchó por la puerta de atrás. Y una vez más de erigió en el heroe en la Fortaleza del Sur: le mostró el camino a su equipo y fue el verdugo de los de Gallardo. Fue la figura del partido: aguantó la pelota, pivoteó y marcó dos goles para empatar la serie.

Con el 2-2 Lanús se sobrepuso a sus frustraciones históricas. Y un encendido Pasquini quien manejó con gran criterio la pelota, sometió a River. Crecieron las presencias de Silva y a Lautaro Acosta. Con corazón y convicción, los jugadores de Almirón se covencieron de que podían marcar los goles que los pusieron en la final. Lanús está en la final de la Copa Libertadores. Su triunfo, sufrido, fue merecido desde lo que intentó en la cancha con su juego. También por el hambre de gloria de una generación marcada por el sentido de pertenencia por el club. No se entregó y intentó someter a su rival desde la convicción en su juego. Y puede llevarse el premio mayor si logran escribir la pagina más gloriosa de su historia en la final quizás frente a Gremio o a Barcelona de Ecuador.