Comentaba Quique en la previa que el Espanyol se plantaba en Anoeta con su versión 2.0, pero que le aguardaba una Real Sociedad que vivía ya en la 4.0, en alusión a los años que lleva rodando uno y otro proyecto. Pero ni se vio la máxima actualización que había exhibido la escuadra en los últimos partidos la escuadra de Eusebio, que venía de endosarle seis goles al Vardar, ni explotaron los pericos ese avance de esta temporada. Y no es ni bueno ni malo, simplemente empleó el entrenador los recursos que creía más convenientes para el escenario que visitaba. Regresó Baptistao a la punta del ataque, con Jurado en la banda derecha, y ese plan más propio de la temporada pasada funcionó. Tanto, que a los nueve minutos entre ambos se habían fabricado el 0-1, que a la postre garantizó un valioso punto.

Tan similar fue el partido ante la Real al del año anterior, con ese Espanyol 1.0, que se repitió el guion, con el empate ‘txuri-urdin’ mediada la segunda parte. Y tanto se diferenció al de la jornada anterior, contra el Levante, que esta vez anotó el Espanyol, y Baptistao, en el único chut a puerta de todo el partido (entonces tiraron hasta en 20 ocasiones), pero al mismo tiempo se esfumó ese intento de juego asociativo. Supo el Espanyol presionar en bloque alto, sobre todo en los primeros y últimos minutos, pero con balón el equipo se fue difuminando, con problemas para salir desde atrás y trazar esas transiciones que lo suponen casi todo cuando el guion es el 1.0. Y atrás, solo el desborde de Januzaj desbarató el orden y la seguridad de Pau. La segunda parte no funcionó, el 2.0 debe regresar para crecer.