El éxito que sorprendió a la empresa

Jugar de central en el Barça no es nada fácil. Ha invertido más dinero el conjunto blaugrana en esa posición que en el resto de demarcaciones. Si hacemos un baremo entre lo que han costado los jugadores y el número de fichajes sale una lista de la compra propia de un hotel de Las Vegas. Las grandes calamidades crecen cuanto más cerca están de la portería propia. Esa es una ley inmutable del fútbol. Un centrocampista, un extremo, un mediapunta y un delantero tienen más parapetos delante que cualquier defensa o portero. Pifiarla cerca de tu área es sinónimo de guillotina. Le ha pasado a tantos jugadores de grandes equipos que el triunfo de Umtiti no deja de ser una noticia que ha sorprendido a la propia empresa. Llegaba un central joven, sin demasiada experiencia en la alta competición y está a día de hoy completando una carrera para ser un jugador de referencia.

Y encima sin hacer ruido, sin hacer declaraciones extrañas y sin pegar una patada. Jugar de central en el Barça da vértigo porque el espacio que queda detrás no existe en otro equipo del planeta. Un error ahí te mata y te deja desnudo ante una hinchada a la que le costó, cuidado, aceptar a Carles Puyol. Umtiti parece haber llegado para marcar una época en el Barça. Un defensa que además tiene por delante camino por recorrer.