No despeja las dudas. El Madrid esquivó las posibles consecuencias numéricas de un nuevo tropiezo con el gol de Cristiano. Un acierto final que no debe enmascarar las contradicciones que padece en las dos áreas, circunscripciones que antes dominaba como nadie.

Errático. Disfrutó de hasta siete ocasiones claras de gol y sólo materializó dos (16 disparos, ocho de ellos dentro del área). Tampoco articuló una respuesta apropiada en los alrededores de la portería de Casilla. Lacen tuvo el empate en el descuento.

Cambio providencial. Se complicó la vida el conjunto madridista con un segundo tiempo irresoluto, contrariado por el paso adelante del Getafe. Las entradas de Isco y Theo alentaron la reacción blanca. Zidane rectificó así una alineación discutible por renunciar al estado de gracia del malagueño.

Marcelo, desdibujado. Lejos de su mejor forma, apenas se pueden destacar intervenciones positivas del lateral brasileño en el Coliseum. Casi todo el peligro del Getafe nació por su banda y equivocó entregas peligrosas como la pérdida que tuvo en el minuto 33. Nacho disimuló su desatino.

Jorge Molina, libre

El gol del Getafe partió de una recepción del delantero en la que tuvo todo el tiempo para girar y disponer la jugada ofensiva. Nacho no le encimó.

La carrera de Achraf

Influencia clave del lateral, mucho más osado que en su debut ante el Espanyol, en el 1-2 de Cristiano al provocar con su aparición que Antunes rompiera el fuera de juego del portugués.