LaMotta, un tigre fuerte y aguerrido
Jake LaMotta fue casi más famoso por el personaje que encarnó Robert de Niro en Toro Salvaje, que por su carrera en la época dorada del boxeo, en los últimos 40 y en los 50. Aquella película le dio un realce, lo que se dice en boxeo coger un segundo aire. Pero estamos hablando de uno de los grandes campeones de los pesos medios, porque combatió con Sugar Ray Robinson y todos los grandes de su tiempo, como Cerdan, Fox... Ahora que hemos visto a Canelo y Golovkin, que han vuelto a poner de moda el peso medio, la división reina, recordábamos aquella época de boxeadores maravillosos. Se pegaban entre ellos hasta cuatro veces en un año. Continuamente, cosa que ya no sucede. LaMotta era un tigre, un fajador que boxeaba en cualquier distancia y terreno. Fuerte y aguerrido, del tipo de Rocky Graziano, también llevado al cine por Paul Newman en Marcado por el Odio.
LaMotta era violento y agresivo como se ve en su biografía y en Toro Salvaje. Un perfil habitual en aquella época. Carmen Basilio era similar. Se decía que si el Mundial se hubiese hecho en lugar de en el Garden en una sala de fiestas, con taburetes y botellas, nadie quitaría los títulos a Basilio y LaMotta. Eran perfectos para ello, pero eso no quita que LaMotta fuera un púgil de primerísima línea, que tras su retirada se convirtió en un personaje de la noche neoyorquina. Hizo shows en cabarets, al estilo de Tyson. Contaba chistes, anécdotas... Era simpático y divertido, aunque vivir con él debió ser un infierno. Esa vida social fue el principio de ese segundo aire, que le dio 20 años más de fama. Luego vino el Oscar a De Niro.