Griezmann, el Atlético te necesita con los cinco sentidos
La entrada en escena del Atlético de Madrid fue sorprendente, sobre todo por lo que duró. Fueron 70 minutos donde los rojiblancos se vieron superados en todas las parcelas por un descarado y valiente Girona (los últimos minutos del partido fueron de bienvenida de lo que es la Primera división). Los del Cholo, que venían de demostrar su sello ante Nápoles y Liverpool en la Audi Cup, sorprendieron para mal en Montilivi por su fútbol plomizo, sin chispa y falta de recursos para tapar hemorragia en las bandas y concentración en segundas jugadas. El Atlético estuvo sin profundidad ni elaboración en los laterales, una virtud en los equipos de Simeone. Se le echó especialmente de menos a Filipe Luis porque el brasileño es una vía de escape limpia cuando se asocia con Koke o Carrasco.
Los rojiblancos que son el ejemplo a seguir de equipo que sale ya vestido del autobús, con los colmillos afilados, recibieron un toque de atención por un recién ascendido. Sin salir vestido ya del bus y sin colmillos se convierten en equipo vulnerable. El volantazo para cambiar el signo del partido, al cual ayudó Griezmann con su autoexpulsión, tiene nombre propio: Angelito Correa. Ese demonio de Tasmania que como un torbellino de nuevo agitó a su equipo. El argentino no se esconde a la hora de crear y desequilibrar y siempre tiene una propuesta diferente, cierto que a veces no es la más oportunas, por toma de decisiones precipitadas, pero en partidos atascados son obligados sus trucos de magia.
Unas líneas se merece Antoine Griezmann. El Atlético te necesita con los cinco sentidos, sin ninguna duda. Antoine, tu marcas la diferencia siendo un ejemplo en todo el planeta fútbol de cómo llevar el mono de trabajo con botas de charol. Así te quieren lo atléticos. Y si te entregas como siempre te seguirán queriendo todo el tiempo que sudes y respetes la rojiblanca como lo has hecho desde que llegaste de la Real Sociedad.Seguro que será así.