De Jacksonville a Badalona

La natación ocupa el segundo lugar en la aristocracia olímpica, detrás del atletismo, aunque cronológicamente se celebra por delante. España no ha destacado mucho en la pileta y, por supuesto, nunca hubo unos resultados tan brillantes como los que ha logrado Mireia Belmonte en los Juegos de Londres 2012 y Río 2016: un oro, dos platas y un bronce. La suma de las ediciones anteriores alcanza el mismo número de medallas: cuatro. Y ninguna llegó de un nadador formado íntegramente en nuestro país. Hace hoy 25 años, el 28 de julio, se ganó el primer y único oro hasta la irrupción de Mireia. Martín López Zubero, nacido en Jacksonville (Florida), hijo de un médico aragonés que emigró a Estados Unidos, dominó los 200 espalda. Fue el segundo oro de la delegación española en Barcelona 92.

La primera medalla de la natación la había ganado precisamente su hermano David, que participó en tres Juegos (igual que Martín) y se colgó el bronce en 100 mariposa en Moscú 80. Su hermana Julia también compitió en la cita moscovita. Entre David y Martín hubo otro podio, el bronce en los 200 braza de Seúl 1988 de Sergio López, un barcelonés con formación universitaria en EE UU, que aún vive allí como técnico. Y entre Martín y Mireia, un bronce más: la rusa nacionalizada y afincada en Málaga Nina Zhivanevskaya en los 100 espalda de Sydney 2000. Todas las medallas suman, y todas gustan, pero evidentemente la aparición de Mireia Belmonte, una badalonesa hija de andaluces, se vive como una conquista más propia. Ayer mismo, en Budapest, ganó el oro mundial: el único que le faltaba en la colección.