James, sin sitio y sin tiempo

El prospecto está claro: úsese en caso de congestión. James tiene clase para dar y regalar, de eso no nos cabe la menor duda, pero su cabeza/irregularidad le han complicado su aventura en el Real Madrid. Llegó con el talento de su zurda y el anzuelo del merchandising, que garantizaba un aluvión de colombianos comprando su camiseta con el 10. Pero la gaseosa se disipó y propició que otros centrocampistas cotizaran al alza. Primero fue Lucas Vázquez el que consiguió arañar minutos en un equipo en el que la titularidad resulta tan cara. Luego lo hizo Isco y finalmente Asensio. Y como guinda al pastel, se fichó a Ceballos. Resumen: James no tiene hueco en el equipo.

Lo curioso es que, con el camino cerrado en el Madrid, se le abren las puertas de tres grandes de Europa: United, PSG y Bayern. Y estos últimos son los que más aprietan para fichar al de Cúcuta. La razón no es otra que Ancelotti. Al italiano no le va a sorprender el carácter de James ni su capacidad para hacer piña o no en el vestuario; si va por él, es que cree ciegamente en su talento. El prospecto, decíamos, lo tenemos claro, y la receta es lógico que Ancelotti se la conozca de principio a fin. Sólo falta una cosa: el copago, cifrado por los blancos en 70 millones. Sólo en esa frontera, James dirá adiós. Con todo su talento, sí, pero también con cierta tendencia a no agarrar al volante cuando llegan curvas.