Es un hasta siempre, don Vicente
No es un hasta pronto que me decía en cada último partido de Liga desde que tengo uso de razón, es un hasta siempre, porque eso es lo que tendré en mi memoria. Unos recuerdos que se amontonan, como cuando eran gradas de cemento, sin butacas, solo en la zona noble, como los goles de Arteche para remontar un 1-3 al Betis con una lluvia que calaba como si no hubiera un mañana y terminábamos abrazados al aficionado de al lado, que no conocías en absoluto.
Mi estadio será siempre el de mi vida. En maqueta está en mi salón, rodeado de periódicos contando los éxitos que me han hecho la vida más feliz. Si volviera a ser un niño, volvería exáctamente a seguir los pasos que me llevaron desde los 7 años a ir al Calderón sin nadie que me acompañara y decirle al primer señor que veía, ‘por favor ¿me podría colar diciendo que soy su hijo?’ Me miraban, me daban la mano para ir con ellos y cuando pasábamos dentro, y tras darle las gracias repetidamente, me alejaba de mi padre para ir al fondo sur para disfrutar de la animación que allí se congregaba. Así domingo tras domingo, para ver a mis ídolos. Gracias Don Vicente.
Marcos Antonio Álvarez es participante del concurso Despídete del Vicente Calderón con el Diario AS.