Un deporte mejor y un AS a su altura

PRISA aterrizó en AS en el verano de 1996, en vísperas de los Juegos de Atlanta, los primeros tras la explosión de Barcelona. España se trajo de allí 17 medallas. Veinte años después, en Río, se repitió el número de metales y AS estrenó el diseño responsive en su página web, técnica que permite adaptar los contenidos a cualquier dispositivo. El deporte español ha sabido mantener su venerable lugar en el escalafón olímpico y AS se ha dado la vuelta a sí mismo, eliminando las fronteras que marcaban el alcance de sus camiones de reparto de la edición impresa y convirtiéndose en un medio global, sin barreras geográficas o idiomáticas.

Aquellos primeros tiempos tuvieron una lenta transición en diseño o impresión, también en la distribución de contenidos. La era digital ha resultado vertiginosa. En apenas ocho años la audiencia de la página web de AS se ha multiplicado por cinco, las imágenes en vídeo se han hecho imprescindibles, las redes sociales se han convertido en afluentes de contenidos. El lector siempre estuvo ahí, pero sus inquietudes han crecido extraordinariamente y ahora son la liebre tras la que camina velozmente AS.

En cualquier caso, el deporte español ha sido viento de cola para el medio, alcanzando cimas inéditas. Desde entonces, la Selección española de fútbol ha ganado un Mundial y dos Eurocopas; Real Madrid o Barcelona han conquistado diez Copas de Europa, al inalcanzable ritmo de una cada dos años; diez españoles coincidieron el curso pasado en la NBA y repetirán en el próximo; las selecciones de baloncesto, balonmano y fútbol sala se proclamaron por primera vez campeonas del mundo y las dos últimas repitieron; los tenistas españoles se apuntaron 20 Grand Slam (15 sólo de Nadal, probablemente nuestro mejor deportista de todos los tiempos) y nos trajeron cinco veces la Copa Davis, ese sueño irrealizado de Santana y de nuestros mayores; un español, Fernando Alonso, logró dos campeonatos del mundo de Fórmula 1, que siempre creímos que se corría en otra galaxia; otro, Álex Crivillé, conquistó el título de la gran cilindrada del motociclismo (500 cc. entonces, MotoGP hoy); el motor nacional se apuntó ocho triunfos en el Dakar (dos en coches y seis en motos); dos mujeres, Mireia Belmonte y Ruth Beitia, trajeron a España los dos primeros oros olímpicos femeninos en natación y atletismo, las joyas de los Juegos; Edurne Pasabán se convirtió en la primera mujer en ascender los catorce ‘ochomiles’…

Estamos, pues, frente a un deporte mejor, un periodismo más exigido y unos profesionales obligados a intimar con la audiencia y abrir su abanico de canales. Un tiempo nuevo que Gutenberg sabrá perdonarnos y el lector, agradecerlo.