Herederos de la corona de Israel

España tocó el cielo conquistando el Europeo Sub-21 de 2013 en Israel. Lopetegui estaba en el banquillo. El once que alineó en la final ante Italia prometía. Basta analizar cuáles han sido sus destinos profesionales. De Gea (Manchester United); Montoya (Valencia), Bartra (Borussia Dortmund), Iñigo Martínez (Real Sociedad), Alberto Moreno (Liverpool); Illarra (R. Sociedad), Koke (Atlético), Thiago (Bayern), Isco (Real Madrid); Morata (R. Madrid) y Tello (Fiorentina). Y en el banquillo había jugadores ahora consagrados en la Selección Absoluta como Carvajal y Nacho (Real Madrid). Un gran equipo que goleó a Italia aquel día (18-6-2013), evidenciando la buena salud de nuestros jóvenes.

Cuatro años después vemos una España que destila un perfume de similar fragancia. Un equipo que percute más, con más pegada y verticalidad, pero que está unido a aquel grupo triunfal de Lopetegui por el buen gusto con la pelota en los pies. Los Illarra, Isco, Koke y Thiago ahora son Marcos Llorente, Saúl, Ceballos y Asensio. Tenemos un equipo estructurado, con un porterazo fiable (Kepa), una defensa versátil y agresiva en la marca, un centro del campo bien armado en torno a su Casemiro infatigable (Llorente) y dos estiletes arriba que garantizan desborde (Deulofeu) y pegada (Sandro). Un señor equipazo.

Pero enfrente estará Alemania. Siempre Alemania. Fíjense lo que hicieron ayer en Sochi sus hermanos mayores ante el México de Ochoa y Chicharito. Los germanos no necesitan tirar de nombres afamados. Sus jugadores parecen salidos de una fábrica de robots. Solventes, disciplinados, comprometidos y físicamente cualificados. Pero nosotros tenemos duende. El talento se tiene o no se tiene...