La inclusión de Juan Carlos Navarro en la Selección para el Eurobasket no ha sido bien recibida en todos los foros. Con 37 años, acechado por un reguero de lesiones, ha cubierto una mala temporada con el Barcelona: 5,7 puntos en 15,25 minutos de media en la Euroliga, y 7 puntos en 14 minutos en la Liga Endesa. Quien ha alzado la voz públicamente es Georgios Bartzokas, el entrenador que condujo al Barça a su campaña más oscura y caótica: “Los jugadores que lo tienen que dejar y no lo entienden son un problema”. Hay otras voces que han invadido las redes sociales en contra de su convocatoria. Pero también las hay a favor. No parece que el seleccionador, Sergio Scariolo, tenga ese problema. Ni tampoco el presidente Jorge Garbajosa, que hace poco nos decía: “Le seguiría pasando el último balón”.

Otra voz acreditada que ha salido en su defensa es su gran amigo Pau Gasol. Si nos pidieran los nombres de dos iconos del esplendor de este equipo, casi todos citaríamos a Navarro y a Gasol. Seguramente Pau es una de las principales razones de su llamada, porque seguramente no volvamos a verlos jugar juntos. El Mundial de 2019 se antoja lejano, sobre todo para la ‘Bomba’. Ya no digamos los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Navarro se ha apuntado al Eurobasket porque quiere despedirse, porque quiere hacerlo con su colega… Y, de paso, con el récord de internacionalidades: tiene 237 y está a dos de Epi. Eso sí, sería bueno que acudiera con la mentalidad de que jugará poco. Su fuerza, ese “liderazgo” que señala Pau, también se aporta desde el banquillo. Como le ocurrió a Calderón en Río 2016.