El Alba y su presidente salen de la cueva
Dos filiales, Barça B y Mestalla Valencia, y dos históricos, Racing y Albacete, llegaron a la ronda final del playoff de ascenso a Segunda con opciones de subir. Los cuatro habían reunido méritos de sobra para lograrlo, pero sus urgencias eran muy diferentes. Barça B y Mestalla Valencia, con sus presupuestos asegurados por el hermano mayor, se jugaban sólo la planificación deportiva. A sus aficiones les preocupa mucho más en este mes Verratti y las peticiones de Marcelino que la categoría en la que militan sus canteras. Sin embargo, a Racing y Albacete, con sus deudas, les iba la vida en esta eliminatoria. Sus grandes masas sociales ya se han comido demasiado sufrimiento. De las dos leyendas en horas bajas, sólo el equipo manchego se salió con la suya. Con mucha angustia, gracias al mariscal Gaffoor y al pulpo Tomeu Nadal, pero con una gran recompensa. Un ejemplo resume su nueva vida: de ganar unos 80.000 euros por la televisión esta temporada, pasará a ingresar en Segunda, como mínimo, unos siete millones de euros.
El mérito es infinito. Primero, porque la ayuda que se llevó el Alba de LaLiga por el descenso (1,3 millones) se la arrebató íntegramente Hacienda para ajustar cuentas del pasado. Y segundo, porque como ya hizo hace dos años, el Alba subió a las primeras de cambio tras bajar, con la dificultad que ello entraña, cuando el Bilbao Athletic, Llagostera y Ponferradina, sus acompañantes al infierno en 2016, no han disputado ni siquiera la fase de ascenso. Por eso, el Alba volvió a llenar el Carlos Belmonte (17.700 aficionados) con 'La Curva Rommel' agitando y después vio cómo la ciudad se echó a la calle entre lágrimas. Tanta era la tensión contenida que el presidente del club, José Miguel Garrido, se tuvo que cobijar este domingo de resurrección en una de las numerosas cuevas de Chinchilla (a 22 kilómetros) reconvertidas algunas de ellas en hostales, restaurantes y museos turísticos. Se escondió a las 20:30, hora de inicio del partido, y salió a las 22:30, momento en el que se confirmó la buena nueva. No es broma.
El grupo inversor (Glexinvests) del madrileño (sobrino del domador Ángel Cristo) ha puesto casi siete millones entre ampliaciones de capital y préstamos desde que llegó a La Mancha. Tras una dura disputa con la Diputación por promesas incumplidas, amagó con marcharse pero, al no encontrar un comprador que pague lo que vale el club, los máximos accionistas han decidido continuar. El Alba, con 2,3 millones de presupuesto actualmente, cuesta dos millones por temporada en 2ªB y ahora volverá a ser viable y tener la posibilidad de tener beneficios y recuperar la sonrisa. De ahí tanto sufrimiento y las cábalas. La primera eliminatoria, ante el Lorca, Garrido la siguió desde el palco en ambos encuentros y el Alba palmó ante la tristeza de los familiares que acompañaron al empresario. Después, se operó de la vista. No pudo ver (literalmente) ninguno de los dos duelos ante el Atlético Baleares. El Alba pasó. En Mestalla tampoco pudo acompañar al equipo en esa ida decisiva por negocios. Y el Alba arrancó un 0-1. Este domingo clave, lógicamente, prefirió acudir únicamente a la comida de directivas. Cuando empezó el partido se despidió de todos y condujo su coche hacia un lugar sin cobertura ni wifi, de donde salió dos horas después para celebrar que otra vez el Alba, y no sólo él, había salido de la cueva.