Con 'Dubi', todo es más fácil
El Valencia Basket está a un solo triunfo de levantar la primera Liga de su historia. Con todo en contra, este equipo hace honor a su lema en cada partido: la Cultura del Esfuerzo. Tumbó al todopoderoso Real Madrid en La Fonteta. De 17. Casi nada. Con todo su arsenal de estrellas, con un presupuesto infinitamente mayor, con Llull, con Rudy, con esos pequeños empujoncitos del exterior que siempre vienen bien. Toda Valencia se ha ilusionado con este escuadrón de guerrilleros taronjas. Que son sólo 12. Pero parecen legión. Arrolló al Madrid como ha hecho con otros muchos este año: juego coral y una defensa solidaria y agresiva. Así han disputado todos los partidos posibles de la temporada, excepto el quinto ante el Baskonia, que se lo ahorraron a vencer 3-1 en la semifinal. La traumática derrota en la final de la Eurocup ante Unicaja, ya parece que sucedió hace siglos.
Diot y Vives se alternaron en una dirección perfecta, percutió como siempre San Emeterio, brilló Will Thomas, Sikma y Sato lo remataron en el último cuarto… Pero el principio y fin de todo es Dubljevic. Cuando el talento de Niksic las mete dentro de la pintura todo es más fácil. Uno contra uno: canasta segura; dos contra uno: asistencia de Dubi al que queda libre. Nadie pudo con él: ni Randolph, ni Hunter, ni Felipe... A partir de ahí todo fluyó para los taronjas. Defensa, correr y acierto exterior. Destacable el último cuarto. El Madrid acabó asfixiado. Los blancos, contra las cuerdas.