Víctor Fernández, La Fábrica y la piedra Rosetta

La última década ha sido de todo menos tranquila en los despachos de La Fábrica. El último en caer, tras cumplir sólo dos de los tres años que firmó, ha sido Víctor Fernández. Petición expresa de Florentino Pérez, desde finales de 2016 su trabajo estaba siendo fiscalizado… por orden del propio Florentino Pérez. No le ha salvado ni la posibilidad de que el Juvenil A, el equipo mimado de Valdebebas, haga el doblete que le confirme como el mejor equipo de España. Ya tiene la Copa de Campeones y está en semifinales de la Copa del Rey.

Para descifrar el organigrama real de poder en la cantera blanca en esta década haría falta descubrir otra piedra de Rosetta. Desde que se fue Michel, la figura etérea (y eterna) de Ramón Martínez en sus diferentes puestos no está, algunas veces, pero está, siempre. Con decisiones controvertidas como el despedir a Toril, el último entrenador que realmente triunfó en el Castilla. Esta salida del ya ex Director de Formación refuerza, de manera indirecta, a Juni Calafat, jefe de captación internacional aunque lo suyo sea el mercado sudamericano. Para cubrir las bajas en el Castilla de Mariano y Mayoral se apostó por el paraguayo Sergio Díaz (costó 5,5 millones y otros cinco en variables) y ha tenido un primer año en Valdebebas estrepitoso. El uruguayo Federico Valverde (se pagaron 5M€) ocupó la vacante dejada por Marcos Llorente y simplemente aprobó, sin más. Pese a todo, la entidad ha lanzado otro envite fichando al juvenil brasileño Augusto (3M€ al Sao Paulo), que empezará la próxima temporada llevando más de año y medio sin jugar un partido…

Víctor Fernández sale por la puerta de servicio de Valdebebas con la mancha de este último Castilla de transición y ‘politizado’ en sus alineaciones, según cuentan en la ciudad deportiva blanca, y agravado por el error de elegir a Solari, atado de pie y manos precisamente por esas alineaciones. También con quejas recurrentes de varios agentes de futbolistas, cada vez más presentes y con futbolistas más jóvenes, con los que ha tenido más que fricciones. Pero con las medallas de haber promovido como técnicos a Álvaro Benito y, especialmente, Guti. Este último andaba en el limbo del organigrama de entrenadores de La Fábrica, acusado de falta de implicación y de vivir “más de noche que de día”, que cantaba La Fuga. Víctor Fernández le dio la oportunidad y ahora es el hombre de moda en Valdebebas.

También se va Víctor sin concretar varios de los proyectos que tenía en mente, como ‘engordar’ la base de la pirámide con la creación de más equipos para absorber todo el talento madrileño posible y establecer un convenio de colaboración con otro importante equipo de Madrid cuya cantera es casi tan golosa como la madridista y la atlética. Ya tenía perfilados un buen puñado de fichajes para los juveniles y los cadetes, y el plan de ascender ocho futbolistas de este triunfal Juvenil A al Castilla. Todo queda ahora en suspenso. El despacho en la planta superior del edificio de cantera parece destinado a un reconocido exfutbolista del club. El último vaivén en esta montaña rusa que son las jerarquías en torno a La Fábrica.