Valverde y su reto difícil
La huella de Valverde. Admiro a Valverde. Un tipo que deja buen poso y objetivos cumplidos, con el Athletic tres clasificaciones para Europa, finalista de Copa y título en Supercopa precisamente ante su próximo equipo. A Valverde en Valencia, Espanyol o Athletic le sirvió su apelativo, aunque en el campo se lo pusieron por su menudez física, Txingurri significa hormiga en euskera, también se le puede aplicar ahora por su enorme capacidad de trabajo. Y es que siempre que le dejaron trabajar a fuego lento, funcionó. Esa es mi duda, ¿Tendrán paciencia en una casa que vive de ganar más títulos y mejores que su rival cada temporada? ¿Podrá fichar, hacer y deshacer? Lo que sí creo es que intentará recuperar el ADN de su admirado Johan Cruyff, del gusto por el balón, Luis Enrique ha dejado títulos pero no sello. “Me apetece un reto difícil”, dijo Valverde en su adiós. En Bilbao se le echará de menos.
Otra final. ¿Se acuerdan de aquel Alavés que llegó a la final de la Copa UEFA de Dortmund? ¿De aquel equipo que jugaba en Europa de rosa y que dejó fuera, por ejemplo, al potente Inter? Las subidas de Contra por banda derecha, la pegada de Javi Moreno, la inteligencia de Jordi Cruyff entre líneas, de la dupla Carmona y Téllez que se entendían con la mirada, de la inteligencia de Desio. Aquel Alavés dirigido por Mané y Ondarru, esa pareja inolvidable de bigotones. Han pasado dieciséis años, para el Barcelona la Copa del Rey de hoy solo sería cerrar con un postre una comida pesada y de mala digestión, para el Alavés lo es todo, eso lo convierte en peligroso. Hoy al menos salen de albiazul, aquella camiseta con los colores de Boca no dio buen fario. Que gane el mejor.
LeBron y Stephen. El jueves por fin arrancan las finales, las diseñadas en octubre, las deseadas. Es el Cristiano vs Messi de la NBA. Dos estilos, ambos brillantes, por tercera vez consecutiva se ven las caras por el anillo de campeón. Guardan similitudes con las dos grandes estrellas del futbol. Curry es Messi, apenas un año menor que el argentino representa el talento, la improvisación, sale por donde no esperas, nadie juega como él, asiste y anota de formas nunca antes vistas, inventa a cada paso que da. LeBron es unos meses mayor que Cristiano, es explosivo, ganador, fuerte, nacido para hacer añicos todos los récords, un caníbal de la canasta, acaba de batir el de Michael Jordan como máximo anotador de la historia de los playoffs. 5.995 puntos en eliminatorias por el título. Dos reyes y un trono. Puro espectáculo a siete partidos.
Cánticos. No me gusta que se vea como normal el cántico ofensivo contra el rival en los festejos de los títulos. Es carca, pertenece a otro tiempo, patético el insulto y su justificación. No es escena habitual de nuestro fútbol, no vale el “donde las dan las toman”. Aprendamos. Me encantó que Keylor cumpliera con la promesa de raparse por las niñas y los niños que no lo pasan tan bien como merecen.