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RAÚL ROMOJARO

Alonso necesitaba el desafío de Indy

En lo deportivo tampoco le faltan alicientes al asunto. Si otros diez pilotos han logrado ganar como debutantes, por qué no habría de hacerlo él ahora.

Se ve con otra cara, con otro gesto, a Fernando Alonso en Indianápolis. En la Fórmula 1 se muestra resignado, en Estados Unidos parece feliz. Es su primera victoria en este nuevo desafío que se ha planteado, independientemente de cuál sea el resultado de la carrera del domingo. El asturiano necesitaba aire fresco, respirar ilusión y optimismo aunque tan sólo sea un paréntesis en la interminable travesía del desierto en que se ha convertido el proyecto de McLaren-Honda en los grandes premios. Cuando se supo que participaría en la legendaria carrera estadounidense me desencantó el reconocimiento implícito de su renuncia a cualquier aspiración en la F1 de 2017; sin embargo, ahora pienso que ha sido todo un acierto incluso para desintoxicarse de la frustración indiscutible que supone para él verse tan lejos de sus rivales naturales.

En lo deportivo tampoco le faltan alicientes al asunto. El nivel de la competición, a la vista está, es completamente accesible para Alonso y si otros diez pilotos han logrado ganar como debutantes en cien años de Indy, por qué no habría de hacerlo él ahora. Por supuesto que no será sencillo, el triunfo nunca lo es, la dinámica de una carrera de estas características nada tiene que ver con un gran premio y tendrá que descubrir sobre la marcha los retos que se le planteen, muchos y variados. Pero hablamos de un piloto en su plenitud personal y deportiva, que además a lo largo de su trayectoria se ha revelado como inteligente, habilidoso y con enorme capacidad de adaptación a situaciones adversas. Los mimbres para dar la campanada, por tanto, están ahí y si la fortuna se pone de su lado quizá vivamos la víspera de una jornada histórica.