España ganó al gafe de los penaltis

Hay equipos a los que se les ve de lejos lo competitivos que son. Esta Sub-17 de Santi Denia es un ejemplo de ello. Cada montaña que ha tenido que escalar ha sido más alta que la anterior. Desde Portugal en la fase previa hasta grandes selecciones como Italia, Francia o Alemania en la Eurocopa. Sólo Inglaterra espera en el horizonte como último escollo. La brillante generación 2000 ha logrado incluso romper un gafe de la Sub-17 que amenazaba también en la semifinal ante los alemanes: los penaltis.

Abel Ruiz falló uno en el tiempo reglamentario y la angustiosa amenaza volvía a estar ahí. Como en la final continental perdida del año pasado. O como en la doble oportunidad errada para ir al Mundial de hace dos temporadas. O como en Seúl en 2007 cuando Illarramendi malogró un tiro en la tanda decisiva de la final mundialista perdida ante Nigeria. Necesitaba España un golpe de suerte y llegó en el partido que escondía una nueva final, la decimoquinta de su brillante historia. Lo merecían estos jugadores que no conocen el miedo ni cuando el abismo asoma. Generación magnífica y, lo más importante, generación ganadora. Ese cambio de mentalidad es oro puro pensando en el futuro de nuestro fútbol.