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Lo de “falta la firma” ya cansa

Uno de los grandes misterios de la vida, comparable al de por qué se pusieron de moda los calentadores y las hombreras en los años 80 y el de no suspender un partido de fútbol en el momento en el que se produce la infame ola en la grada es el de las negociaciones de los contratos. Vale para todos los contratos en general, pero, especialmente los del fútbol y más concretamente el de las renovaciones. Como por ejemplo la de Messi por el Barça. Que Messi va a renovar por el Barça parece claro. Que el Barça le va a dar a Messi lo que quiera (de los primogénitos de los socios hasta la vajilla de la abuela de Gamper, si los pidiera el argentino) también.

Por lo tanto, si el acuerdo está cantado y saben que van a llegar a un acuerdo por qué diantres no se ponen de acuerdo a la primera? Por qué no evitan una esgrima pirotécnica que lo único que provoca es gastar botellas de agua en reuniones en las que abogados de ambas partes luchan para ver quién mea más lejos? Menos mal que no se retransmiten estas reuniones, porque según lo que explican los presentes a los periodistas (off the récord, por supuesto) son de nivel parvulario. Saben que llegarán a un acuerdo, saben por cuánto será y saben cuál es la fecha límite... pero lo que se tercia es alargar las reuniones y pedir un poco más cada día. La historia interminable, pero con el final más previsible de todos. Messi renovará por el Barça, el club le dará lo que pida y un poco más, pero por favor, dejen de decir (desde el lado del club) que todo está cerrado. Seis meses con el cuento de que “falta la firma” ya cansa.