El balonmano español mira al futuro
España es una potencia del balonmano desde finales del pasado siglo. Lo es por selecciones, con 16 medallas en grandes campeonatos internacionales a partir de 1996, doce masculinas y cuatro femeninas, entre ellas dos coronas mundiales y cuatro bronces olímpicos. Y lo es por clubes, con otros 16 títulos de Copa de Europa desde 1991, uno de ellos femenino. Hemos sumado a hombres y mujeres en el total, porque así le gusta al presidente de la Federación Española, Paco Blázquez: “Nosotros hablamos de Balonmano, con mayúsculas y sin distinciones”. Con esa política por bandera, la RFEBM bautizó a los dos principales equipos nacionales en 2012 con dos nombres con gancho, que aportan garra y personalidad: las Guerreras y los Hispanos. Y los han registrado como marcas propias.
El balonmano navega en la modernidad. Ha ampliado su sección de comunicación y marketing, trabaja las redes sociales y los contenidos audiovisuales, ofrece una nutrida agenda de retransmisiones en streaming... También ha cambiado su mentalidad en la gestión: los recursos propios han aumentado de un 15% al 80%, con 19 patrocinadores a los que se mima con cercanía. Igual que a jugadores, técnicos o territoriales: Blázquez hizo nueve viajes y pisó seis ciudades en cinco días de la última semana. El deporte femenino es uno de sus grandes pilares, incluso con el incremento de directivas y entrenadoras. Al fondo asoma el Mundial de 2021, con las Guerreras del porvenir. Y en esa mirada al futuro también fomenta el balonmano playa, un formato adaptado a las nuevas tendencias.