Sigue la leyenda de la hermandad del martillo pilón
Más que hablar del partido, me quedo con que el Cholo y su guardia pretoriana acceden a su tercera semifinal en cuatro años. Al final, a pesar de algún que otro gasto importante, siguen siendo los mismos los que continúan haciendo historia y batiendo récords, es una obviedad que se hablará en el futuro de años ACH y años DCH. En una eliminatoria echa a la medida del equipo rojiblanco, en el cómputo general los del Cholo fueron netamente superiores. Enfrente tuvieron a un hermano pequeño, similar pero con menos fuerza y, sobre todo, con menos calidad.
El King Power Stadium rugió solamente en 15 minutos de sufrimiento, el Atlético se encogió en demasía y facilitó sin presionar bien la salida inglesa, permitiendo pelotazos a Ulloa. Pero sigue creciendo la leyenda de la hermandad del martillo pilón, la del Cholo, a la misma velocidad de sus guerreros, que un año más demuestran que el colectivo prima antes que las individualidades.
Qué bueno que estos jugadores y el Cholo coincidiesen en el tiempo, no me imagino a los unos sin los otros. Ahora hay que observar las semifinales y es imposible no pensar en la posibilidad nuevamente de otro duelo con el vecino. De ser, preferiría que aconteciera en semifinales, con dos partidos por delante. El Madrid, a partido único, se siente respaldado por sus once Champions, y los 114 años sin conseguirla generan ansiedad en el aficionado rojiblanco, que al final termina convirtiéndose en una pesada mochila que se carga sobre el equipo.