"¿Imaginan a esta Juve encajando seis goles?"

Nos lo dijeron, aquí en AS, Zoff, Del Piero y Tacconi. Este Barcelona no es imbatible, esta Juventus no podía tener miedo. Estuvo claro desde el comienzo del encuentro, en un Stadium caliente como en sus mejores noches. La Vecchia (y lista) Signora le regaló al Barcelona su juguete favorito, el balón, castigándole cada vez que se distraía. Un partido perfecto, el único con el que se podía derrotar a los azulgrana.

Fue el triunfo de Allegri, enorme estratega, del guerrero Chiellini, del legendario y milagroso Buffon. Pero, sobre todo, fue la victoria de Dybala. El argentino lleva meses celebrando con el gesto de una máscara, la 'Dybala mask', imitando a la de los gladiadores. Sin embargo, la verdad es que ayer, metafóricamente, se la quitó, mostrándole a toda Europa lo que es de verdad: un crack, un predestinado. Este partido marcará un antes y un después en su carrera.

Sus dos joyas y el testarazo de Chiellini le obligan al Barça a buscar otro milagro, otra hazaña histórica. Ahora, no obstante, tocará hacerlo ante la mejor defensa del fútbol italiano, la que ayer anuló, hizo sentir impotente a la MSN. Marcarle un tanto a los bianconeri, en esta Champions, es cada vez más complicado. Apenas ocurrió dos veces, en nueve partidos. Y, como nos dijo Tacconi, "¿imaginan a la Juve encajando seis?".