Más ruido mediático que nueces
El nuevo paso de la Selección española por Asturias no pasará a la historia más que por el revuelo, más bien mediático, que provocó la presencia de Israel en Gijón. El fútbol es una gran caja de resonancia y ello quisieron aprovechar grupos contrarios al Estado hebreo para dejarse oír. Sin duda, los promotores de la protesta no repararon que el fútbol también lo ensombrece todo. Hubo más ruido que nueces. El deporte ganó a la política y demostró, en este caso, que no atiende ideológías, ni quiere saber de ellas. Los aficionados que se dieron cita en el estadio, españoles, israelís e incluso propalestinos, acabaron haciendo la ola en perfecta armonía.
Como el Carlos Tartiere casi dos años antes, El Molinón no se llenó para ver a la Selección. Estuvo muy lejos. No se superaron los 21.000 espectadores en un estadio con casi 30.000 localidades.Las dos últimas presencias del equipo nacional en el Principado no han encontrado el respaldo esperado de la afición asturiana. Y eso que los dos encuentros fueron oficiales, aunque ante rivales que no son precisamente potencias futbolísticas, Eslovaquia e Israel. Los precios, entre 20 y 45 euros, no parecían altos. Como en Oviedo, habrá que buscar otras razones.