Alonso no se merece ganar
Es raro. Especial dirían algunos. Lo mismo se ríe con un peinado, que se pone unas gafas y se planta en mitad de la calle en una ciudad extranjera imitando a un amigo, lo mismo pasa al lado, se tropieza contigo y mira a otra parte como si no hubiera nadie. Genio loco Fernando Alonso. Siento curiosidad cuando leo opiniones o análisis de su personalidad, cuando escucho palabras sobre cómo es este asturiano, sobre todo cuando lo hacen algunos que apenas han cruzado una mirada con él. Siento indignación cuando compruebo como muchos se ríen de sus desgracias, hacen bromas con un tío que se juega la vida en cada curva, que va más deprisa de lo que dicen los límites por las esquinas para poder acercarse al resto en las rectas. Así va por la vida. Porque eso es lo que hace esta gente, a veces lo olvidamos cuando lo ven por la tele y parece un videojuego, pero no aquí, en la pista, se les siente volando por los circuitos, pasando a milímetros de la desgracia. Todo para poder ganar.
Y eso es lo que quiere Alonso: ganar. Solo eso. Pero Fernando no se merece ganar, se merece sobre todo ser feliz, eso que todos buscamos, levantarnos cada mañana y sentir que estás en el lugar que quieres, que no desearías estar en ninguna otra parte del mundo. Eso le deseo, eso quiero para él, porque sé que es un tío grande más allá de coches, circuitos, grandes premios, escuderías rojas, de plata o naranjas. Y creo que está en eso. Alonso es una buena persona, aunque a veces dan ganas de mandarle a la mierda, es un gran piloto, el mejor, aunque a veces te preguntas cómo puede seguir siéndolo si no gana. La respuesta está en una mentira, la que dice que se tiene que ser mala persona para ser campeón, la que dice que la Fórmula 1 es un deporte. Y a este raro tan especial le deseo que sea feliz, eso lo merece, más allá de la victoria que daba sentido a su vida…