En el fútbol hay que plantarle cara al pasado para conquistar el futuro. El Bayern lo sabe. Y afronta los cuartos de final ante el Real Madrid con la ilusion de poder cerrar un capítulo muy negro. En concreto: el capítulo Guardiola. Tres veces se midió a equipos españoles en la Champions y tres veces acabó pisoteado. El primero fue el Real Madrid en 2014. Cuatro goles le marcó en el Allianz Arena. Con Pep. ¡Vaya palo! Después vino el Barcelona en 2015, sentenciando la eliminatoria con un 3-0 en la ida del Camp Nou. Guardiola humillado otra vez, esta vez en su casa. Y el año pasado fue el Cholo quien le dio una lección de táctica al maestro de Santpedor, que acabó dejando el Bayern sin haber alzado ni una Orejona. Entonces se habló de fracaso. Pero la cosa ha cambiado.

Fue venir Ancelotti y calmarse el club en todos los sentidos. Después de media temporada, justo lo que tardaron los jugadores muniqueses en hacerse a la filosofía de Carletto, el Bayern vuelve a ser el de siempre. Ese equipo que, a pesar de no brillar cada fin de semana en la Bundesliga, es capaz de triturarte en un duelo crucial y meterte diez como al Arsenal. La clave estuvo en la defensa. Carlo era consciente de que el Bayern de Pep atacaba de maravilla, pero sufría en defensa.. Su reacción fue cambiar el 4-3-3 de Pep por un 4-2-3-1, aquel sistema con el que el Bayern ganó el triplete y que le garantiza solidez en defensa. El Bayern está preparado. La calma institucional, el equilibrio futbolístico y la autoestima bávara son los mejores ingredientes para volver a ser lo de siempre: aquella bestia negra que temen en la Castellana.

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