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La increíble historia del partido repetido

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Por Leopoldo Iturra
 
Se ha dado varias veces en el tenis que un partido dure dos días. Generalmente por la Copa Davis, cuando los cinco sets no se concretan antes de que oscurezca. O en Wimbledon, por la lluvia o por batallas épicas como la de John Isner y Nicolas Mahut, que duró tres días.
 
¿Que un partido se repita dos días seguidos? Casi nunca. Casi, porque ocurrió este jueves en el BNP Paribas Open, en Indian Wells.
 
El miércoles se enfrentaban por la ronda final de las clasificaciones del primer Masters 1000 de la temporada el japonés Yoshihito Nishioka y el sueco de origen etíope, Elias Ymer. Ganó Ymer por 6-3, 6-1. Con eso, Nishioka tenía que empacar y regresar a casa. Pero el veterano francés Julien Benneteau no pudo presentar a jugarse por problemas estomacales y dejó un cupo en el main draw. Corrió la lista y Nishioka entró al cuadro final como lucky loser. El cupo del perdedor afortunado quedó emparejado con un jugador proveviente de las clasificaciones. ¿Adivine con quién le tocó?
 
El azar hizo que Nishioka e Ymer volvieran a jugar al día siguiente en las pistas del oasis californiano en medio del desierto de Coachella. Fue así como el jueves, el nipón no podía desaprovechar la maravillosa oportunidad de tomarse el desquite. Y lo hizo con una victoria por 6-4, 6-1, en una hora y 48 minutos.
 
El efecto de esta inusual situación condicionó el juego. "El primer día no estaba bien, lento mentalmente. No podía luchar", dijo Nishioka.
 
Al día siguiente todo cambió. "No podía volver a perder con él", explicó el japonés. "Tenía que vengarme. Me enfoqué en cómo ganarle. Peleé desde el primer punto y jamás perdí esa mentalidad. Seguí luchando. Vi que era duro para él. Y gané".
 
El tenis siempre da revanchas, pero nunca antes fueron tan rápidas.

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