Entre Mel, Rubén y otro Betis
Más de un mes después se disputa un duelo entre Deportivo y Betis que tiene un invitado de excepción. El destino quiso que el choque se trasladara en el tiempo para que Pepe Mel recibiera al conjunto verdiblanco en Riazor tras una adaptación express llena de buenas sensaciones. El madrileño dejó en Sevilla innumerables sonrisas y también alguna que otra lágrima. Muchas de esas sonrisas las compartió con Rubén Castro, que hoy podría esperar desde el banquillo su oportunidad. Todo un lujo, quizás innecesario, en un contexto en el que no se antoja tan viable que los verdiblancos asalten el Santiago Bernabéu el próximo fin de semana. Este Betis se parece poco al que entrenó Mel, pero perdura por encima de todo que la figura del canario sigue siendo igual de decisiva en su rendimiento.
Quizás no piense lo mismo Víctor, que lo dejó fuera de la cita de Málaga cuando esbozó su primer triunfo de la temporada. También ahí puede agarrarse a unos números que no le acompañan en las últimas semanas. Mientras el club trata de dibujar los primeros trazos de la próxima campaña, el técnico tiene un sitio condicionado por un último tercio de campaña que puede condenarlo o elevarlo como estandarte de la enésima propuesta para crecer. Una más. Hoy tendrá enfrente al técnico que logró dos ascensos con el conjunto verdiblanco y lo llevó a Europa, pero que tampoco fue capaz de esquivar una corriente casi letal con cada uno de los movimientos ejecutados desde el club. La última vez que el Betis conquistó Riazor, Rubén anotó dos tantos y Mel estaba en su banquillo. Cuestión de cambios.