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El atletismo español se hace joven

La Selección de atletismo ha cerrado los Europeos de pista cubierta de Belgrado con cuatro medallas (un oro, dos platas y un bronce), pero sobre todo con 14 finalistas, que siempre son un buen termómetro para calibrar el nivel deportivo de un país. El dato supera con creces la última actuación de Praga 2015: dos medallas de plata y nueve finales. Y eso que aquí falló un fijo en el cajón como Orlando Ortega. Los resultados de este 2017 son muy variados. En el podio se mantiene la tradición del mediofondo, con Adel Mechaal y Álvaro de Arriba; continúan los saltos de altura de la legendaria Ruth Beitia, que sumó su 15º metal en un gran campeonato; y recuperamos a un combinero 25 años después de Antonio Peñalver: Jorge Ureña. El atletismo español se expande. Hay nivel en numerosas disciplinas.

Variedad y juventud. Esas serían las dos palabras que definirían este nuevo atletismo que sigue en eclosión. Repasemos esta relación: Ureña (plata en heptatlón) tiene 23 años; De Arriba (bronce en 800), 22; Andújar y Alcalá (cuartos en 800 y 1.500 metros), también 22; Búa (quinto en 400), 23; Ana Peleteiro (quinta en triple) y Carlos Mayo (octavo en 3.000), ambos 21... Incluso Mechaal tiene 26, uno más que Samuel García (sexto en 400) y los mismos que Ana Lozano y Kevin López (sextos en 3.000 y 800). En este listado deberíamos añadir al lesionado Bruno Hortelano, nuestro velocista de oro, con 25. Estas edades, por encima de los podios, anuncian un esperanzador futuro para el atletismo español, a la imagen y semejanza de su nuevo presidente: Raúl Chapado. Hay motivos para soñar.