La fuerza de ‘Hassen-Bike’

La visita de Gema Hassen-Bey a la redacción de AS me ha hecho retroceder casi 24 años, a septiembre de 1993... En la Casa de Campo de Madrid se celebraba la última cita del Campeonato de España de motos de agua. Antonio Rodríguez, más conocido como Toñejo, conquistaba su primer título nacional. Durante la prueba no se observaba ninguna diferencia entre los competidores, pero sí la había. Cuando su padre le llamó para felicitarle por la victoria, le lanzó una pregunta: “¿Cuántos minusválidos participaban?”. “Yo era el único”, le respondió. Y su padre lloró. Tres años y cuatro meses antes de este evento, Toñejo se había partido la espalda por varios sitios y se había quedado parapléjico, tras chocar contra una pared sobre un quad a más de 170 km/h en el Raid V Centenario.

De aquella entrevista con Toñejo se me grabó una frase: “La silla de ruedas se lleva en el culo, no en la cabeza. La única diferencia que veo con los demás es que voy sentado”. Esa frase me ha acompañado desde entonces y me ha ayudado a enfocar la relación con personas que puedan arrastrar una minusvalía. “Yo no creo en la discapacidad, cada uno de nosotros tiene unas capacidades”, nos dice ahora Hassen-Bey, con su sonrisa eterna, y nos señala la clave de su vida: “No rendirte nunca”. Con este ideario, el mismo de Toñejo, trabaja el proyecto de subir al Kilimanjaro sobre una hand-bike, sólo con el impulso de sus brazos y de su infinita voluntad. Gema se para ante un retrato de Urtain y evoca un recuerdo: “De pequeña me llamaban ‘Urtainita’, por la fuerza que tenía”. Ahora quiere ser ‘Hassen-Bike’.