Urdangarin: una mancha más allá del deporte
El deporte impregnó los 76.000 folios del sumario del ‘caso Nóos’ desde el minuto 1. Para empezar se trata de una pieza separada del ‘caso Palma Arena’, el velódromo que acogió los Mundiales de ciclismo en pista en 2007. También aparecen la candidatura de Madrid 2016, el Valencia Summit, la Fundación Illesport, Abarca Sport… Y, sobre todo, porque entre las 17 personas juzgadas había cuatro ilustres olímpicos: Iñaki Urdangarin, doble bronce en balonmano en los Juegos de Atlanta 1996 y Sydney 2000, que ha sido condenado a seis años y tres meses de cárcel; José Luis Ballester, oro en vela en 1996, condenado a 15 meses; Cristina de Borbón, abanderada en Seúl 1988, únicamente multada como partícipe lucrativa; y Mercedes Coghen, oro en hockey en Barcelona 1992, que ha sido totalmente absuelta.
El deporte impregnó el ‘caso Nóos’, sí… Pero ninguno ha sido juzgado por ser deportista, sino por actividades posteriores. Salen en estas páginas porque lo fueron: y, además, brillantes. Pero esto no es deporte. A Urdangarin se le ha condenado por prevaricación, malversación, fraude, tráfico de influencia y dos delitos fiscales, pero eso no quita para que haya sido un espléndido jugador de balonmano. Como Pepote Ballester fue un excelente regatista. Mercedes Coghen dio gloria a España como jugadora de hockey y luego defendió con tesón la candidatura de Madrid 2016. Ahora sabemos que también con honradez. Nos alegramos por ello. En este diario nos gusta trasladarles la nobleza del deporte. Pero los deportistas no dejan de ser personas, con sus excelencias y sus miserias. A veces grandes miserias.