Un duelo que marca un curso
La eliminatoria de semifinal de Copa del Rey que se inicia hoy en El Calderón va a marcar el curso para ambos equipos. Nada volverá a ser igual para los de Simeone ni para los de Luis Enrique a partir del jueves de la próxima semana. Uno de los dos tendrá en el zurrón la posibilidad de ganar un título y al otro le asediarán los demonios de las dinámicas negativas. Ambos equipos se han dejado mucho bagaje en la Liga y, aunque no lo reconozcan, la Copa y La Champions son dos salvavidas de lujo para cargar pilas.
En el caso del Barcelona, el reto va más allá de la dinámica de una temporada. Del resultado de esta eliminatoria dependerá la marcha que se le ponga a la Liga y a la Champions. El Barça ha demostrado ser esta temporada un boxeador con mandíbula de cristal, que sigue siendo grande, pero que se va a la lona con demasiada facilidad ante las adversidades. Como explicaba ayer Sònia Gelmà en El Periódico, es un ciclista que hace la goma en la subida de un puerto. Que parece que se está quedando atrás, pero en el que confías que dé el último golpe de riñones para alcanzar a los que se escapan camino de la meta. Queda mucha etapa y muchos combates, pero en el desenlace de lo que pase en los próximos puertos por ascender y en los próximos combates por disputar, que van a ser muy duros, influirá y mucho el guión que se empezará a escribir esta noche en El Calderón. Al Barça le falta una gran victoria que le vuelva a colocar en el carril de la confianza. Que le haga sentir imbatible y que le espante los fantasmas. Y que le deje un título en la recámara.