Siempre Messi. Lluís Flaquer, narrador de los partidos del FC Barcelona en Carrusell, lo cazó al vuelo, como siempre. Messi lanzó la falta que acabó en gol ante Iraizoz aplicando la técnica de un penalti, con el engaño. La posición del cuerpo anunciaba golpeo por encima de la barrera, en el último instante gira el tobillo para cambiar la trayectoria y clavarla en el palo del portero. Es el colmo. Tres faltas en 2017. Messi había superado el récord de Koeman, 26 goles de falta directa. Ramón Besa añadiría después que la historia del Barça podría explicarse a través de la figura del 10, derriba todos los registros. No se imagina un Barcelona sin Messi, aunque las últimas declaraciones de la directiva no ayuden. Bien está aprender de los errores del pasado, acuérdense de cuando Messi hizo alusión al Señor Faus, en esos “tiros” fuera del campo, el 10 no engaña.