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El Barcelona envió su mensaje a través de Grau

El Barcelona envió su mensaje a través de Grau (o así se ha interpretado desde el vestuario): hay que poner el freno a las posibles exigencias financieras de Leo Messi. Estas declaraciones no son por casualidad y sorprenden: no se oyeron, por ejemplo cuando el Madrid negoció la renovación de Cristiano. La plantilla, que se siente fuerte, reaccionó de inmediato con las declaraciones de Luis Suárez. Y así se sigue preparando, paso a paso, la decisión más importante del futuro inmediato del club.

El caso es que todavía no hay oferta de renovación y Messi tampoco tiene prisa en sentarse porque, conforme se acerca al final de su contrato en el 2018, tiene las de ganar. 

Pero algunos pesos pesados se han planteado una duda nueva. Si no se ha cerrado todavía el nuevo contrato de Iniesta, si regatean a Messi antes de sentarse a negociar, ¿no será porque falta poder financiero? ¿Y Nike, Qatar, Rakuten, qué pasa con esa aportación? Lo único que detendría la renovación de Leo sería una falta de proyecto deportivo ambicioso (acompañada por declaraciones fuera de lugar).  

Y hay otra cosa más (que apunto yo). Da la impresión de que el proyecto Luis Enrique se está agotando, quizá haga falta un empuje de ilusión y energía nueva. ¿Cómo se va a renovar la plantilla si la institución tiene límites económicos? ¿Hacia dónde va el Barcelona? ¿Podrá seguir compitiendo a este nivel? 

Mientras tanto, Guardiola repetirá hasta la saciedad que Messi se retirará (y -dice también- debería retirarse) en el Barcelona, pero el Chelsea, el Manchester United y el City han aprovechado las dudas para volver a dejar clara su posición: si un día Leo dice (y sé que suena muy improbable) ya no puedo más, no entiendo tanta duda, igual habría que buscarse otro hogar, en Inglaterra le abrirían las puertas y no le negociarían una sola libra. Pero el asunto, está claro, no es únicamente financiero.