Si sientes al Barcelona, hay que ampliar un ala del Museo
Realidades paralelas. Ser del Barça es algo único. Por un lado ofrece seguir a una de las entidades deportivas que mejor reflejan la excelencia, pero al mismo tiempo te convierte en seguidor de una corporación que se dirige disparatadamente y que no deja de ofrecer un contraste vertiginoso entre lo que sucede en el campo y las descacharrantes decisiones que se toman en los despachos. Esta semana vale como ejemplo. Mientras el equipo aferrado a un Messi descomunal recobraba constantes vitales, desde los despachos se han pegado dos tiros en el pie. No uno, dos. En espacio de horas. Tiene mérito.
El primer tiro. Con la colaboración necesaria de la Generalitat de Catalunya, que ya es reincidente en estas lides, se ha lanzado al mundo una campaña de publicidad bajo el lema “si sientes el FC Barcelona, sientes Catalunya”, en un capítulo más de aplicación de la ley del rodillo sobre todo lo que no sea Barça. Los del Espanyol se han enfadado, y los de la Penya, y los del Granollers, y los de la Santboiana… y algunos del Barça que ven innecesaria esa identificación constante que tiene aires de exclusión. Oiga, se puede ser catalán y no ser del Barça (incluso no gustarle el fútbol ni el deporte) como se puede ser del Barça y ser qatarí, por poner un ejemplo al azar. La Generalitat ha hecho eso tan triste de “pedir disculpas por si alguien se ha sentido ofendido”, que es como pedirlas sin pedirlas. Y si te sientes ofendido, es que eres rarito.
Segundo tiro. El flamante CEO del Barça, Òscar Grau, ha apelado a “la cabeza fría y al sentido común” como lema para acometer la renovación de Messi. La declaración ha sentado como un tiro en el vestuario (y se supone que en el propio Leo) y en una masa social que no quiere milongas, quiere seguir celebrando goles.
Al Museo. Así que para sentir bien al Barça lo mejor sería ampliar el ala del museo, que tanto se exhibe en el anuncio, y abrir al lado de la sala de trofeos otra con frases célebres de los rectores del club como un homenaje a la inoportunidad. Ahí se colgaría la última de Grau junto a la de Faus, “ese señor ha renovado ya tres veces”, la de Sanllehí, “el contrato de Neymar no se hizo chupando un boli”, la de Zubizarreta, “Vermaelen, es de rendimiento inmediato”o la de Rosell, “si el juez quiere, que me cite a declarar”.