Noche de broncas y aplausos
Entre dos equipos a los que la crisis carcome de forma inexorable sus esencias, sólo cabía un empate insatisfactorio. Lo de a entrenador nuevo victoria segura no se cumple con Osasuna ni Valencia, a los que el tópico, el fútbol en general, ha abandonado por su mala cabeza. A los visitantes se les tendría que caer la cara de vergüenza: se adelantaron en el primer suspiro, en medio de la bronca de El Sadar contra la directiva, y luego tomaron otras dos ventajas, fallaron un penalti y fueron incapaces de sacar provecho al desconcierto local. Lo de los rojillos ya se sabía: son carne de Segunda, pero hay orgullo. Roberto Torres hizo su quinto tanto de este curso, se besó el escudo y se abrazó a Vasiljevic. Un instante de fortuna local. Fue tal vez el mejor partido de esta temporada y hasta hubo aplauso final. No hay manera de ganar en casa.
En Pamplona, de una parte para acá, no funciona nada. Hasta el césped en algunas zonas es un patatal (ayer algunos jugadores se dedicaron a disimular ese verde castigado por las heladas). No hay semana en la que los juzgados no se tiñan de rojillo: ayer José Gómez y Tomás López, exdirector general y excontable de Osasuna respectivamente, declararon en el Palacio de Justicia como investigados por un supuesto delito contra la Hacienda foral en el club entre 2010 y 2013, aunque ambos negaron su responsabilidad en esta causa.