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Reyes Magos de Zizou

A sus pies. Lo que viví en el Bernabéu durante los primeros 45 minutos del partidazo ante el Sevilla se lo recordaré a mis nietos cuando los tenga (todo se andará). Hubo momentos de fútbol celestial. Así imagino que debió jugar el Madrid de Di Stéfano, Puskas y Gento ante el Peñarol con aquella primera media hora que mi padre rememora como “el mejor fútbol que se haya hecho nunca”. Pues a pesar de las ausencias sonadas de Cristiano, Benzema y Keylor (por decisión técnica) y de Ramos, Pepe, Kovacic, Lucas Vázquez y Bale (todos por lesión), vimos al mejor Madrid de la temporada con un despliegue físico, táctico y técnico que merece un homenaje al autor de esta maravillosa obra: Zinedine Zidane. Su flor es una selva más grande que el Amazonas. El marsellés sabe mucho de esto. Tanto que nos ha demostrado, a mí el primero, que se puede prescindir del mejor jugador del mundo sin que el equipo se resienta por ello. Los que salieron de la segunda unidad mostraron hambre, ambición y compromiso fanático. James, Asensio y Morata taparon la visibilidad de la salida del balón del Sevilla de Sampaoli, que no encontraba autopistas despejadas. Hubo una jugada que si llega a terminar en gol hubiese dado la vuelta al Mundo entero. Tras unas combinaciones maravillosas, Modric se sacó una media chilena deluxe que salió arañando la cepa del poste derecho de Sergio Rico. No terminó en gol, pero la ovación rendida del Bernabéu duró casi un minuto. Me emocionó. Todo era un acordeón perfecto. Hasta Kiko Casilla demostraba que es el portero de guardia perfecto salvando dos mano a mano con una serenidad y temple dignos de un guardameta de élite. El 3-0 del descanso era justo premio a tanta maravilla...

Viva Colombia. James ha sabido esperar su momento. Cierto que equivocó el día en su rajada nada más ganar su equipo el Mundialito en Japón. Pero en el fondo lo que le gritaba a Zidane era que le diese una oportunidad. La tuvo. Y cumplió. A lo bestia. En modo crack. Soberbio. Zurda de seda en el 1-0. Grandioso en la presión (robó un par de balones a lo Casemiro) y siempre con buenas ideas. Así es como se reivindica uno por un puesto. Como me dijo ayer mi amigo Fernando, de la Peña Calatayud Merengue, “no es más grande el que más espacio ocupa, sino el que más vacío deja”. Si el colombiano juega así cada vez que sea titular desde ahora, seguro que sus suplencias nos llenarán de nostalgia.

Zizou entrenador. El fútbol entra por la cabeza y sale por los pies. Se lo escuché un día al Loco Gatti y cuando veo a Zidane cómo domina la escena entiendo la clave de su éxito. Sampaoli le planteó un partido muy táctico, sin un nueve de referencia, y ZZ supo replicarle con su medicina poblando la medular de jugones y magos del balón acorazados por delante de Casemiro, The Wall. Zinedine ya acumula 38 partidos sin palmar con nadie. Su primer aniversario tuvo una tarta con tres velas (tres golazos) y mucho merengue para comer. Pero no hay que parar. El sábado, a seguir la racha ante el Granada para alcanzar el récord nacional del Barça de Luis Enrique (39). ¡Vamos!

La Felizidane. La afición está entregada al Maestro. Me lo transmiten Fernando Pastor Vélez ‘El Marqués’, su hijo Fernando Pastor Romero-Valdespino, el tenor de Torrejón de Ardoz, José Antonio Moreno, y los peñistas de El Morell (paisanos de Kiko Casilla), Alcantarilla (Murcia) y Raúl ‘El Cartero’ de Andorra (Teruel). ¡Viva la Felizidane!