Francia nos ha regalado el Dakar

Ha comenzado el Dakar. La competición más importante del mundo en su especialidad y seguida por millones de telespectadores gracias a las espectaculares imágenes ofrecidas cada día por la organización. Su interés se debe también, cómo no, al carácter de aventura de la carrera, que la convierte en imprevisible. Su director, Marc Coma, es español, y entre los candidatos al triunfo abundan los pilotos españoles, entre ellos, nada menos que un tal Carlos Sainz, quien fuera campeón del mundo de rallys y padre del actual piloto de Fórmula 1. Compite también una mujer española, Laia Sanz, a la cual 130 hombres se las ven y se las desean para seguir su estela sobre la moto. Por si fuera poco todo esto, la carrera discurre íntegramente por Latinoamérica.

Advertía ayer el profesor Gay de Liébana, en una entrevista a Marco Ruiz, de la importancia de Latinoamérica para el mercado español, referido al fútbol. Decía que mientras la Premier se expande hacia Asia porque “encandila a todos los restos de aquel imperio británico”, y el fútbol francés crece a través del mercado africano “porque la mayoría de sus jugadores vienen de allí”, aquí queremos arañar cuota de mercado en Asia cuando “el crecimiento está en Latinoamérica, incluyendo el mercado norteamericano, donde cada vez hay más hispanos.” Recojamos el mensaje. Francia tuvo que sacar la carrera de los países francófonos africanos y llevársela a Latinoamérica, donde tenemos una gran capacidad de crecimiento. El Dakar habla español y agradecidos estamos.