Caricias al oído atlético

Las Palmas-Atlético en directo

El agobio que hoy incomoda a Griezmann ya lo vivieron sus anteriores. Llevarán el 7, el 10 o el 1 en la camiseta. Es el sino que acompaña a este escudo, también después de la clandestina y grosera cirugía. Al mercado le cuesta comprender que los grandes futbolistas permanezcan. Por eso juega a las tentaciones tramposas y coloca la perversa sensación de que los chicos son más grandes que el sitio que ocupan. “Qué hacen todavía ahí”, “a qué esperan para fugarse”, y así hasta que, contaminadas, la cabeza o la cartera ceden. El Atlético es un lugar de paso, nunca la última estación, cuenta el malintencionado mensaje contra el que el club compite (últimamente bien).

Griezmann por ahora resiste. Ha dicho que no le gustaría probar la traición y que está feliz en el Atlético. Pero nadie le cree. Por mentiras de antecesores y la dirigida fuerza de la costumbre, sigue instalada la sospecha de que se irá. Por más que el francés se declare harto. Así que tendrá que repetirlo cada semana o, como tantos, un día desdecirse. Queda preso de esas palabras que hoy agradan el oído rojiblanco. Como su autocrítica, esa declaración de deuda con la casa, sus ganas de título con esta gente… Y, sobre todo, saber que no se siente mejor persona tras fallar el penalti de Milán, sino que le cuesta dormir desde entonces.