El año en el que el Barça ganó un doblete, pero perdió a Johan Cruyff
Autoestima. Acaba 2016 y llega la hora del balance. En el caso del Barça, claramente satisfactorio, pero un problema de autoestima incrustado en la genética culé induce a hacer de menos un año que ha sido de notable alto. En 2016 el Barça ha logrado el doblete por segunda vez consecutiva en su historia. La última vez que se encadenaron dos temporadas seguidas ganando los dos títulos más importantes de España se remonta a 1953, ¡hace 63 años! Ese dato ha pasado de puntillas de la misma manera que se ha puesto sordina al hecho de que el Barça ha logrado este año su séptimo doblete. Nadie tiene más. El Athletic lo conquistó cinco veces y el Madrid, cuatro, el último, hace 27 años.
Mal acostumbrados. El barcelonismo se ha viciado de éxito. Ha llegado a un punto en el que parece que todo lo que no sea ganarlo todo —eso incluye además de las competiciones de club, premios individuales así como los de selecciones en los que participe alguna estrella en nómina— parece poco. Nadie se para a pensar que en los últimos 25 años, el Barça dobla al Madrid en títulos de Liga, catorce contra siete. Una racha que, por cierto, incluye cinco campeonatos de Europa, competición vetada para los blaugrana hasta el 92. Únicamente en base a este empacho de éxitos impensable antes de los Juegos de Barcelona se entiende que este 2016 no sea considerado como uno de los mejores de la historia del club.
Atormentados. Como contrapeso a este éxito descomunal a nivel deportivo, el atormentado espíritu culé parece necesitar aferrarse a un pesimismo o sentimiento de culpa que le recuerde que ha venido a este mundo a sufrir. La eterna comparación con el Madrid se mide con un grado de victimismo irreal y exagerado al tiempo que la gestión institucional en los juzgados tampoco es que ayude demasiado a levantar el ánimo. El colmo del pesimismo blaugrana se resume en la preocupación de imaginar lo que será el club cuando Leo Messi se vaya en vez de disfrutar el presente.
La mala noticia. Para poner las cosas en su sitio en momentos de depresión, siempre se podía apelar a Cruyff, que desacomplejó al Barça y comenzó este cuarto de siglo memorable. El 2016 se llevó a Johan, sin duda la peor noticia en clave blaugrana del año. Él se fue, pero dejó la idea. Síganla.