P. P. San Martín

La reacción nació al liberar a Marcelo

Minuto 51, el Madrid se mueve a bajo régimen y Shibasaki engancha un zurdazo para el 1-2. Alarma general. Zidane reacciona muy bien: llama a Marcelo, ordena defensa de tres con Ramos-Casemiro-Varane, y le da total libertad al lateral brasileño, La medida pone en apuros al Kashima, hasta entonces muy cómodo. Marcelo es un diablo para los japoneses, y sobre todo porque mezcla muy bien con Benzema. Marcelo sube, entra, dispara, revoluciona más que Carvajal al otro lado. El Kashima se arruga y llega en ocho minutos el penalti que alivia la final para el Madrid: 2-2.

Así se entra en la prórroga y, ya sin el otro motor que fue Lucas Vázquez, Marcelo y Benzema siguen machacando a la defensa del Kashima. Cristiano se apunta y liquidan el partido. El movimiento de Zidane al 3-4-3 fue decisivo, porque creó superioridad, remedió las pérdidas del balón (¡96!) e imprimió la velocidad que desconcertó a la ordenada defensa japonesa.

Motores. Marcelo y Benzema se remangaron en el 51’ (1-2) para dar la vuelta al escenario: el lateral se fue arriba, tres atrás y Benema muy fino.

Benzema. Magnífica asistencia la del francés para el 3-2 de Cristiano. Gol decisivo que volvió a confirmar la utilidad de Cristiano dentro del área.