Dos en uno: el delantero pegamento

No están nada mal los números de Luis Suárez esta temporada: 19 participaciones entre todas las competiciones, 13 goles y cinco asistencias. Dio la impresión que semanas atrás pasó por un bajón de juego, poniéndose serio en el Clásico (hizo el tanto del equipo tras un choque ramplón) y rompiendo el melón la semana pasada en Pamplona, cuando la cosa se complicaba. A ojos de algunos está para eso, para partirse la cara, aunque otros saben que aporta mucho más. Luis es el pegamento ideal para mantener muy bien ajustada la amistad y la convivencia con su vecino Lionel Messi y con Neymar, los héroes del Barcelona moderno. Entre los tres deben hacer buena la temporada para acabar tiñéndola y colorearla de azulgrana, algo ahora aparentemente complicado.

Pese a que Suárez tiene argumentos para sentirse importante en el vestuario y en el club, el uruguayo sigue refunfuñando por todo dentro del terreno de juego. De estilo incansable, su manera de encontrar la motivación es pelear hasta el final. No se conforma con poco. Posiblemente él no lo sepa, pero con el paso del tiempo se está ganando ser considerado el mejor delantero de la historia del Barça. Ha coincidido en el tiempo con Messi, algo que él sabe cómo aprovechar. El respeto de Lionel siempre lo tendrá. Luis es un tipo agradecido.