Rumbo a La Roja’
Nuevo central. Sigan a Yeray Álvarez, defensa del Athletic, nuevo producto de Lezama. Será internacional. En Carrusel nos advirtió Julen Guerrero: “Llega para quedarse”. Junto con Laporte compone una de las jóvenes parejas más prometedoras del campeonato. Central no demasiado alto, rápido, intuitivo, defiende por anticipación y elegancia, cabeza alta y excelente salida de balón. No responde al típico central rocoso y expeditivo que se daba en el País Vasco de los 80. Son palabras mayores pero les recordará a Rafa Alkorta. Lopetegui lo tiene en cartera, la Selección necesita centrales de futuro, más aún tras la decisión de Piqué.
Goles desde Nueva York. Esta semana hemos sabido que David Villa ha sido nombrado, a sus 35 años, mejor jugador de la MLS. Galardón que viene a demostrar que siempre será un excelente profesional, que hará goles allá donde juegue, con el colmillo de siempre. El ‘9’ de nuestro Mundial, la vaselina ante Chile para clasificarnos, el gol después del doble palo que derrotó a Paraguay cuando peor lo pasábamos. El tanto de la victoria ante Portugal tras tocar también el larguero... Consideremos que los americanos son los mejores en homenajes a sus iconos, apliquemos el cuento a nuestro fútbol. Nunca fuimos suficientemente agradecidos con nuestras referencias. Somos olvidadizos y quemamos ídolos como si fuera papel, nos va más que salgan por la puerta de atrás. Se viene una fecha de La Roja en Gijón. Podría ser un buen día... Se queda el balón botando, a ver si Villa tiene la oportunidad final para enchufarla.
Zidane, el gestor perfecto. La flor de Zidane como argumento esencial que explica la racha de 34 partidos sin perder es muy pobre además de falso. La flor de Zidane es tener conectados a todos los jugadores sean o no titularísimos que diría Pellegrini (si ya lo consigue con James será el colmo). El manejo de la epidemia de bajas. Es la mano izquierda que utiliza fuera y dentro del campo, viene a demostrar que no hay mejor inquilino para el banquillo de Chamartín que el gestor de talentos más que el intervencionista, pero también toma partido, el ejemplo es este fin de semana, actuará voluntariamente sin la BBC pensando en el Mundialito de Japón. Se admite la falta de continuidad en el buen fútbol y seguramente un sello de juego, un patrón. Pero dejemos la flor en el jardín. Hay entrenador.
Hablando de entrenadores. Pablo Laso, 400 partidos en el Madrid. Un tipo normal. Doce títulos en 16 finales disputadas sobre 22 posibles. Otro con más trabajo que flor, en 2014 estuvo cerca de irse al paro y hoy es leyenda del básquet nacional. Se lo merece.