Aspas, Bongonda y la defensa

El día que el Celta sea tan contundente en defensa como lo está siendo en ataque será imparable. Ayer dio buena muestra de su enorme pegada, pero también volvió a cometer los pecados de la retaguardia. Luces y sombras en un partido loco. Fue una auténtica delicia para los espectadores, una tortura para los entrenadores. Víctor y Berizzo se tiraban de los pelos cada vez que encajaban y perdían lo que tenían en la mano. Y no era para menos, porque los errores defensivos fueron garrafales. Y lo peor de todo, no es nada nuevo.

Aspas, como él mismo dijo al acabar el partido, sólo necesitó dar dos toques al balón para seguir engrosando su leyenda. Es, de largo, el máximo goleador nacional y ya se codea con las grandes estrellas de LaLiga: Cristiano, Messi y Luis Suárez. Nueve goles en trece partidos suma el moañés. Casi nada. Ayer contó con la inestimable ayuda de una figura emergente. El ansiado gol anotado por Bongonda hace una semana le ha servido de calmante y sereno parece otro. Sin precipitarse, encontró siempre el sitio dónde hacer daño. Fue un huracán. El regreso de Orellana también dio otro aire al Celta. Volvió el pase imposible, como se pudo comprobar en la jugada del segundo tanto. Orellana, Bongonda y Aspas firmaron una jugada electrizante. Quizás a partir de ahora se vea con más frecuencia. Este tridente tiene buena pinta