Palabras prestadas
Algunos deportes parecen sentir envidia por el léxico de otras disciplinas y les copian ciertas palabras. Pero también puede suceder lo contrario: los hay que hacen todo lo posible por crear un léxico propio.
El fútbol bebe a menudo del mundo de la canasta. Por ejemplo, ha tomado del baloncesto “asistencia”, palabra que ya figura en el Diccionario con el sentido deportivo. Funciona bien, pero lleva consigo un matiz del que carecía la expresión “pase de gol”, más habitual hace años. En efecto, con “pase de gol” se describe neutralmente la acción: uno pasa y otro marca, sin que las palabras consideren una de esas acciones por encima de la otra. Por el contrario, el término “asistencia” implica en español una idea de subordinación. La acepción de “asistir” que aquí influye es la que ofrece el significado de “servir o atender a alguien”. Por eso existe el empleo de “asistente” (quien atiende a un superior).
No es el único préstamo del baloncesto al fútbol. También el “tiro libre” (lanzamiento a canasta tras una personal) pasó de un deporte a otro, si bien en el balompié no es tan libre porque median entre quien lanza y la red una barrera y algunos jugadores, además del portero. Antes de que triunfara ese préstamo se hablaba de “falta directa”.
Del baloncesto llegó al fútbol asimismo “falta en ataque”. Casi siempre se trata de una información superflua, pues ya se ve si el jugador ataca o defiende, o se deduce de la narración radiofónica.
El fútbol toma vocabulario del baloncesto, pues, pero el balonmano huye del fútbol. Así, rara vez se oye en las retransmisiones la exclamación “¡gol!”, tan futbolera, sino “¡dentro!”. Y los penaltis no se llaman penaltis, sino “siete metros”. Se atribuye el origen de estas elecciones a Luis Miguel López, histórico narrador televisivo del balonmano.
También el bádminton parece huir de otro deporte con red divisoria: el tenis. Como pudimos ver en los Juegos, ha rechazado el “ojo de halcón” para preferir “chalenge”.
Pero a veces los préstamos llevan incorporada cierta ignorancia. Eso sucede cuando el disparo de un futbolista sale muy por encima del larguero y el narrador dice irónicamente “ha sido un ensayo”. No, en el rugby el ensayo (traducción literal de try en inglés) consiste en depositar el ovalado tras la línea de fondo. Cuando se tira a palos y el balón pasa entre ellos se llama en español “transformación” o “conversión”.