Se busca otro milagro de Lucas Alcaraz
Lucas Alcaraz prepara un blindaje extremo en el Camp Nou. El granadino ha heredado un proyecto sin cimientos y víctima de una planificación deportiva desastrosa. Su plantilla anda con la moral por los suelos y la anterior visita a un aspirante al título se saldó con una goleada muy dolorosa (7-1 en el Calderón). Minimizar daños y soñar con un mal día de la MSN. Mantener el tipo. Alcanzar el vestuario tras el encuentro con la cabeza erguida. Ese es, a priori, el plan rojiblanco. El Granada, tres puntos en nueve partidos, tiene un alma de cristal. La llegada de Alcaraz le ha otorgado cierta solidez, pero el depósito de la confianza sigue bajo mínimos. Muchos consideran la visita a este Barça con Messi en modo Balón de Oro algo similar a dar un paseo por la milla verde. Pero en la caseta rojiblanca quieren verlo como una excelente oportunidad para recobrar sensaciones y equilibrar el déficit de autoestima que arrastra el equipo.
La mano de Alcaraz ya sacó del pozo al Granada hace no mucho (en la 2013-14 lo salvó después de ganar y arrebatar media Liga al Barça de Martino). Ahora su Granada vuelve a necesitar un buen guía. El proyecto está cogido con alfileres. 17 fichajes después, los rojiblancos se han dejado la identidad por el camino y ese es el primer gran reto que trata de lograr el técnico en un vestuario con hasta 14 nacionalidades distintas. Una vez queden atrás las salidas consecutivas al Manzanares y al Camp Nou, los nazaríes tendrán por delante 28 partidos para sumar en torno a 40 puntos. La hoja de ruta trazada en los despachos de Los Cármenes pasa por alcanzar con vida la orilla de enero y tratar de arreglar en el mercado algunos de los numerosos disparates cometidos en verano. Alcaraz ya tiene en su currículo unos cuantos milagros en Primera. Aunque este que le han encomendado ahora es, sin duda, el más difícil de todos.