JUAN CRUZ

El tercer tiempo

Juan Cruz
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Fe, esperanza y calidad

No basta la calidad, tampoco la fe; pero ayuda la esperanza. El Celta arrancó con todas esas virtudes y puso al Barça al borde de un ataque de nervios, presa del ridículo. El Madrid le había abierto LaLiga, con su empate ante el Eibar, y el equipo que ahora lidera Neymar se encomendó a la Nada, lo contrario de la fe. Su primer tiempo debe ser grabada en la frente de la historia del ridículo culé.

Juguetes rotos

Esa desgracia azulgrana en Balaídos remite a una ausencia, la de Messi, como la del Real Madrid remite a Modric. Los dos están el dique seco, son vidas paralelas de la calidad en el fútbol, de la fe en el fútbol. El Barça perdió la fe ante el Celta, el Real Madrid tiene aparcada la fe, peligrosamente. Los dos grandes de nuestro fútbol parecen juguetes rotos. Sin fe.

Dios

Messi inauguró la conexión con Dios en el campo. El destino era el Cielo, en recuerdo de la abuela. Le ha seguido Neymar, compañero en la delantera del Barça, que imita al dios verdadero de los cules hasta en esos gestos relacionados con el Altísimo. Ayer, mientras el Madrid aún acariciaba con la posibilidad de romper el maleficio del empate, los imitó Cristiano. Dios no siempre escucha a los futbolistas.

La señal de la Cruz

A Cristiano le parecía mentira que su equipo se mantuviera en el empate, y en el minuto 60, tras una acción fallida del equipo abandonó la zona de Riesgo (del portero Riesgo) persignándose. Era una manera de conjurar la mala suerte con una declaración de fe que no tuvo efecto. No volvió a hacer ese gesto, siguió buscando el gol humano. Pero el resultado no se movió.

Del blanco al amarillo

La mala fortuna del Madrid en estos empates se ha reiterado ante equipos amarillos: UD Las Palmas, Villarreal, Borussia. Es el color de la mala suerte…, para el que no viste de amarillo. El cuarto empate le tocó frente a un club vestido de azulgrana, el Éibar. El blanco siempre nos dio miedo a los aficionados del Barça. Era un huracán blanco contra Ramallets. LaLiga ya no es lo que era, y eso está muy bien.

Insólito

Esta sucesión de empates del Madrid que en Carrusel rebuscaron en la historia (aunque tenían allí a Relaño) para comparar estadísticas. Empató cuatro veces seguidas en la época de López Caro, años ha. Al Eibar lo movió la fe, como a la UD en Pamplona, al Leganés en Granada, al Atletico en Valencia (el partido a partido del Cholo es una declaración de miedo y de fe).

El color no lo es todo

El jugador que templa el Madrid es Modric, que no está. En el campo no basta con encomendarse a la fe; el juego hay que moverlo, y ese muchacho croata que tiene el aspecto de un adolescente embelesado es el dios blanco capaz de neutralizar otros colores. Falta él y es como si desapareciera la inspiración. Cristiano imploró por ella, y se alió con la fe. Pero la fe está lesionada y se llama Modric.

LaLiga se rompe

Ya LaLiga no es lo que era. La fe mueve más que los millones; el Atlético, que comenzó sin fe ni calidad, se ha reconstituido, y mira desde arriba a sus competidores. El Athletic, que comenzó en Málaga haciendo un ejercicio de fe en Aduriz, terminó cediendo su espacio a un Málaga pletórico de fe. Su victoria es el triunfo de la constancia. Un valor que se parece a la fe y que antes derrochaban los grandes.

La frase

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