Duro castigo a la valentía pepinera

Debutó el Barça en Butarque. Y goleó al Leganés. El paso del vendaval azulgrana por el estadio del Leganés bien podría llenar de ansiolíticos el vestuario de un equipo, el local, que vendió entusiasmo antes del encuentro. Nada más lejos de la realidad. Las tristezas, para otro día. Ese prepartido cargado de mensajes con mordiente y, sobre todo, la actitud valiente con la que afrontó Asier Garitano el duelo deberían servir para inyectar dosis altas de moral en el Lega.

Esta escuadra, lejos de amedrentarse, se puso el disfraz de club grande para presionar a los culés donde sólo suelen hacerlo aquellos que se bordan estrellas Champions en la manga. Y sí, hubo fallos. Tanto individuales como colectivos. Y sí, a Garitano no le gustó un marcador vetado para su psique extracompetitiva. Pero el rival, no lo olviden, era un conjunto de leyenda al que, por momentos, los blanquiazules supieron tratar de tú a tú. Aquí cuentan los puntos. La salvación no se cuantifica en arrestos, pero no temer al gigante, atacarlo en lugar de defenderlo, sentirse, en definitiva, equipo de Primera sí que será útil para salvarse. No. No es momento de depresiones y sí de sentirse orgulloso pese a este castigo a la valentía pepinera.