El duende de Morata

Idilio con la Champions. Hay jugadores que nacen para las grandes tardes, uno de ellos: Morata. Su idilio con la Liga de Campeones, asombroso. Tiene 23 años y la lista de méritos ya es de buen veterano. En la Juve igualó el record de Del Piero de jornadas consecutivas haciendo gol en Champions, en ese camino “le sacó los ojos” al Madrid con dos goles definitivos en la semifinal y marcó en la final de Berlín ante el Barcelona. En marzo, un partido fantástico en el Allianz con jugada maradoniana, seguramente la torpeza de Allegri, retirándolo del campo, impidió el pase a siguiente fase. De remate, en su debut esta temporada, gol de tres puntos cuando el partido agonizaba. A veces parece desconectado, puede que ansioso, pero tiene duende. Bien haría Zidane en aprovecharlo.

Modric, la luz. En Carrusel dijo Relaño que, sin entrar en comparaciones absolutas, algunos de los recursos futbolísticos de Modric le recordaban a Cruyff. Ese balanceo del cuerpo hacía un lado y el toque de exterior hacia el otro para librar al rival, la pausa y el arranque, su visión de juego. Luka ya llevó el 14 del Flaco en el Tottenham. El gran Gustavo López fue más allá, para decir que, a día de hoy, es seguramente el mejor centrocampista creativo del mundo. Legado de Mourinho, incuestionable acierto, hoy el Madrid no se entiende sin él. Modric no tiene tanto foco encima, no lo necesita, él es la luz del Madrid.

Cholismo 2.0. Se viene un nuevo Atlético. Una evolución severa del que hemos conocido estos cuatro años. Más vistoso. Un solo mediocentro, dos volantes con más libertad: Saúl y Koke. Un equipo armado en torno a Griezmann. Simeone parece dispuesto a demostrar que este equipo es muy capaz de tener más el balón, de ser más protagonista. Seguirá aprovechando el error del rival, seguirá siendo solidario pero jugará más en el campo rival. A todo esto, Gameiro no es el nuevo Jackson, la enchufará, y más pronto que tarde. Al tiempo.

Una de capitanes. Mundo, Puchades, Pasieguito, Claramunt, Saura, Kempes, Fernando, Mendieta, Albelda, Baraja, Cañizares… La lista de grandes capitanes de la historia del Valencia es inagotable. Más allá del brazalete, siempre hubo madera de líder para exportar. Mestalla siempre amó al jugador de fuerte personalidad, hoy lo echa de menos. Respetando a Enzo Pérez, ¿Tiene un pase que un jugador que aún no lleva dos años en la entidad porte el brazalete? Ayestaran se lo ha puesto sí, pero él quería dárselo a Alcácer, al que vendieron cuando le habían prometido que se quedaba. La ausencia de un claro referente en el campo es síntoma de cómo está el club. La afición sólo exige lo que da.