Baño de humildad para la Vecchia Signora
"¿Qué debemos hacer para ganar?". Esto le habría dicho Max Allegri a su banquillo en el tramo final del partido, cuando la Juventus asaltaba, sin éxito, la muralla sevillista. La verdad es que los bianconeri, como se esperaba, mandaron en su casa, pero cometieron un error muy grave: regalarle la primera mitad a sus rivales. Una Vecchia Signora estática y con poca intensidad le hizo un favor enorme a Sampaoli, que con una perfecta organización a la italiana cerró todas la líneas de pase, construyó una jaula alrededor de Dybala y dejó a Higuaín muy solo.
Eso si, a los de Turín también les faltó algo de suerte. Tuvieron cuatro ocasiones claras: dos las desperdició el exmadridista Khedira, una la estampó en el travesaño el Pipita y la última, en el descuento, la neutralizó con un milagro Sergio Rico. ¿Suficiente para estar contentos? Diríamos que no. Este equipo se construyó para jugarse la Champions al mismo nivel de los más grandes, y ante el Sevilla vivió un verdadero baño de humildad. No es una tragedia, pero para clasificarse como primeros del grupo, objetivo imprescindible, los bianconeri ya casi no tendrán margen de error. Y ganar en el Pizjuán, por ejemplo, no será sencillo. Lo demuestra lo que ocurrió el 8 de diciembre del año pasado.